El Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas de Gipuzkoa genera reacciones contrarias

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El Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas (IRGF)  una propuesta del Gobierno foral que este pasado miércoles se aprobó gracias al apoyo del PSE  ha generado reacciones contrarias por parte de colectivos que lo consideran lesivo para los intereses generales del territorio

El impuesto nace como respuesta a la difícil realidad económica y social que atraviesa el territorio, y con el objetivo de asegurar las ayudas y servicios prestados en el ámbito de las políticas públicas. La premisa fundamental es que debe contribuir más el que más tiene.
Los objetivos de este nuevo Impuesto son tres.  Primero, el gravamen sobre la riqueza busca mejorar la eficiencia en la utilización de los bienes y derechos de contenido económico. En este sentido, este gravamen incentiva el uso productivo de la riqueza frente a otros usos de tipo especulativo.  Segundo, el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas tiene un objetivo censal y de control sobre las alteraciones que puedan producirse en los elementos patrimoniales que componen la riqueza. Es un Impuesto con el que se cierra el sistema tributario y cuya importancia va más allá de su eficacia recaudatoria. Tercero, este nuevo Impuesto confiere un carácter más progresivo al conjunto del sistema tributario.
La iniciativa foral ha generado reacciones críticas. La asociación de empresarios de Gipuzkoa (ADEGI) rechazó el pasado día 18 el citado  Impuesto ya que va contra la cultura empresarial guipuzcoana y la empresa familiar”. En opinión de la patronal guipuzcoana, el nuevo impuesto, al incluir en el patrimonio de las personas bienes vinculados a actividades económicas, invita a los empresarios a “no capitalizar al máximo su empresa” y a “no reinvertir la mayoría de los beneficios en instalaciones y máquinas para ser más competitivas y productivas y así sostener el empleo”.
Según declaraciones realizadas a EFE, ADEGUI insiste en que con el nuevo impuesto, que entrará en vigor en 2013, para un empresario “es preferible repartir dividendos” o vender las empresas, “en definitiva, apostar por su descapitalización”. Añade la patronal que “sobre la base del nuevo impuesto se verá penalizado y pagará más un empresario que haya apostado por capitalizar cada vez más su empresa, que haya reinvertido la mayor parte de sus beneficios en instalaciones, maquinaria y otros activos productivos o que haya asegurado la fortaleza financiera de su compañía con una prudente política de reparto de dividendos”.
Además, varios expertos fiscales que tomaron parte en Donostia en una jornada organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) Zona Norte, Oinarri y Kutxabank, las medidas tiene un caracter “confiscatorio” , según informa el Diario de Noticias de Gipuzkoa en un artículo publicado el pasado día 14 de diciembre. En opinión del experto participante Iñaki Irigoyen, “hasta ahora ningún contribuyente podía superar como cuota conjunta de Patrimonio e IRPF una cantidad que superase el 60% de sus ingresos anuales”.  Los expertos concluyeron que este tipo de medidas también pueden fomentar la deslocalización.
Normal Foral Riqueza
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