El Gobierno francés aprobó el pasado 4 de julio una subida de impuestos para las rentas altas que anula la subida del IVA dictada por el anterior gobierno Sarkozy.
En el nuevo escenario, el umbral de las exenciones fiscales en las donaciones y en las sucesiones pasará de 159.325 a 100.000 euros. Esta reducción en el impuesto sobre la fortuna se espera que reporte 2.300 millones de euros.
Las medidas también afectarán a las empresas, que verán afectadas sus exenciones en las cotizaciones por pago de horas extraordinarias, y que además deberán pagar una tasa del 3% sobre los dividendos.
También se penalizará mediante recargos a los grupos que reparten beneficios entre sus accionistas en lugar de dedicarlos a la inversión.
Estas medidas forman parte de un paquete con el que el Gobierno francés espera recaudar este año 7.200 millones de euros y reducir el déficit público al 4,5% del Producto Interior Bruto.
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